Hoy me siento frustrada.
No sé como poder decir y transmitir lo que siento. Es una mezcla de sensaciones
que hace mucho no sentía. La luna de octubre, además de impresionarme con su
belleza, tamaño y color; me pone muy sentimental. Me encuentro en el fondo de
mi habitación pensando en tí. Trato de repasar lo aprendido para mi examen,
pero me resulta difícil concentrarme.
Pienso en todo lo que
pasó hoy. ¡Y me gustaría que me tragara
la tierra! ¿Por qué me pasó a mí? ¿Por qué nos pasó a los dos, habiendo tantos
lugares?. Me encontré con él, estando con Fabián. Y cómo si no fuera suficiente,
estaba con su esposa. Lo peor fue mi reacción. Que ilusa fui al creer que él ya no
significaba nada. En ese momento sentí
que las piernas se me rompían. Mi corazón estaba a punto de explotar. Mi rostro
se empalideció. Estaba allí, perpleja. Parecía que un sudor frío corría por
todo mi cuerpo. Mis ojos se encontraban desorbitados por su figura. Lo único
que escuché fue: “¿Qué te sucede?, ¿Estás bien?”. Las palabras no salían de mi
boca. Después de un rato, recobré mis sentidos, la cordura y templanza. El
latir de mi pecho era menos acelerado. Traté de fingir que me encontraba bien. Fue
muy difícil ignorarlo, hacer como si no lo conociera. Y así pasó más de una
hora. No probé bocado alguno. El agua no saciaba mi sed. Tenía muchísimas ganas de
beber algo más fuerte, pero no era el lugar. No pude más, y termine pidiéndole a
Fabián que abandonáramos la sucursal de Burger King.
Ahora esta sensación
de culpa... ¿Cómo le digo a mi novio que vi a mi ex, y que tal parece que aún
siento cosas por él? ¡No es posible!
Hace mucho que no
escribía, y había omitido mencionar que Fabián se me declaró. Yo gustosa acepté. Es un ser maravilloso. Lo quiero mucho. Sin duda, no estoy
dispuesta a desperdiciar todo lo que hemos construido, todo lo que hemos
logrado y todo lo que ahora tenemos. Quizás seis meses suenen insignificantes,
pero no lo son.
Le he dado muchas
vueltas al asunto, y ya decidí decirle a mi novio. No puedo pedirle una
disculpa, pues creo que no es necesario. Simplemente puedo comprometerme a no
relacionarme de ninguna manera con el innombrable. Acabaré con todos mis conflictos
emocionales. Es el momento de tomar decisiones y mantenerme firme en ellas.